El 21 de diciembre, la nota-clave planetaria cambia de Sagitario a Capricornio.
La clave de Sagitario es éxtasis divino, expresado en la fraternidad gozosa, en la riada de clarísimos colores y en la armonía de la estación de Adviento.
La nota-clave de Capricornio es consumación divina. La Tierra está sumergida en la blanca luz de la consagración, cuando las corrientes de vida planetarias se invierten, y la fuerza del Cristo Cósmico comienza a reascender hacia el Sol.
Estas fuerzas van creciendo desde el 21 de diciembre hasta la medianoche del 24, en que adquieren su máxima potencia, pero no declinan luego. Las poderosos radiaciones solsticiales de fuerza espiritual envuelven la Tierra hasta la duodécima noche siguiente, un intervalo considerado sagrado por los primeros cristianos y destinado a ser revivido hoy.
El cántico de los ángeles, mientras el sol se dirige hacia el sur, está expresado en tonos menores.
A la medianoche del 24 de diciembre, la Noche Santa, sus coros se transportan a tonalidades mayores, cuando entonan, llenos de gozo, la nota-clave de la Tierra: "Gloria a Dios en las alturas y, en la Tierra, paz y buena voluntad hacia los hombres".
Corinne Heline
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