El equinoccio de otoño corresponde al instante en el que el Sol, en su movimiento aparente, cruza el ecuador pasando del hemisferio norte hacia el sur, el día y la noche son casi de la misma longitud y marca el primer día del otoño.
Tradicionalmente, se celebra como la fiesta de la cosecha, para agradecer y compartir la abundancia de la temporada pasada. Es el tiempo cuando las plantas están estableciendo sus semillas y se preparan para un nuevo ciclo. Para el individuo, este equinoccio, a diferencia del de primavera, trata sobre la cosecha que todo el universo tiene para ofrecer. Es el momento de recoger y sembrar en la búsqueda del equilibrio de sí mismo y la vida circundante y de hacer un balance de los recursos para los tiempos más difíciles del invierno, determinar las necesidades y planificar en consecuencia. Podríamos hacer lo mismo en nuestras propias vidas.
Marca la entrada de Libra...en ambos hemisferios.
En astrología la fecha da la bienvenida al signo de Libra, por lo que el universo invita a poner todo sobre una balanza. Todo lo que se coloca en un lado de la escala, tiene que compensarse del otro lado. Por lo tanto, la intención orgánica de conectarse con los fenómenos del universo, ayuda a crear y mantener el equilibrio y a aprovechar este tiempo para recapacitar acerca de la compensación en la vida. Observar lo que crea el desbalance y cambiar lo que hay que cambiar.
Aparecen preguntas acerca de ¿cómo equilibro mis necesidades personales con mis compromisos con el mundo exterior?, ¿cómo dar?, ¿cómo recibir?, ¿cómo eliminar lo que ya no es beneficioso en mi vida?
Este momento puede ayudar a establecer el equilibrio descompensado por el caos, la confusión y la frustración para cosechar tranquilidad, alegría, prosperidad y felicidad. El equinoccio de otoño es propicio para plantar las semillas para un nuevo ciclo.
El equinoccio nos invita a mirar hacia atrás para el ciclo que termina y descubre lo que hemos aprendido.
Ver los ciclos, comprenderlos, honrarlos y celebrar.
Esta práctica restablece la conexión con la parte más profunda de nosotros mismos y trae alegría, paz y tranquilidad.
Equinoccios, solsticios…son CIERRE E INICIO DE CICLOS
Los antiguos sabios de la Edad iluminada siempre reconocieron el poder de tales eventos y eran preservados como días de oración y meditación.
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